Saki, de 28 años, se casó con su colega y tenía una familia, pero tuvo que volver a trabajar para pagar un apartamento. Tabuchi, el director que tiene el ojo puesto en Saki desde hace mucho tiempo, planea un viaje de negocios a Kyushu solo con ellos dos. La noche que, por orden del gerente, se fue de viaje de negocios con él, y la noche que terminó una negociación comercial con un cliente, Saki se vio obligada a beber vino en la mesa y, por alguna razón, se desmayó nuevamente. “Esa es la presa a la que aspiro… Te entretendré hasta la mañana.” Una noche vergonzosa en la que mi jefe infiel, a quien odiaba a muerte, me hizo correrme varias veces.